Losing to Find: A Journey of Love and Self-Discover
BTW, I am the person in the photo
Spanish version below
One day, a day I can't quite remember, I wrote down the qualities I wanted to find in the person with whom I'd like to share my life. I know I wrote them from the heart. I reread them and told myself that perhaps that person didn't exist, but it was worth dreaming. Years passed, so many that I had forgotten my list and what I truly wanted. I lost myself along the way.
Today, I know that it's necessary to get lost, sometimes, often, in order to find oneself again. I felt tired, with a broken heart, so very broken. It wasn't just once or twice; it was many times that I gave it my all and emptied myself. I don't blame myself, and I don't blame them either; now I know it was all part of the journey.
Thinking about what I might have done differently, today I no longer find any sense in it. I've learned that dwelling in the "what if" place is as dangerous as it is exhausting, leading only to victimhood and frustration. "What if" fills you with guilt, and I steer clear of it. There's nothing more limiting than guilt. In more practical terms, "what if" doesn't exist because time travel and changing past events are impossible.
So, what did I do with all that pain and disillusionment? First, I let go of what didn't belong to me: expectations, masks I wore to please others, to be loved or recognized. Second, I returned to myself. To put it better, I reacquainted myself, because when we lose our way on the journey, we stop seeing ourselves; I had merged and blended so much with others that I couldn't even recognize myself. I had given up so much space that I felt imprisoned even in my body. Then, when I felt ready, I returned to the "dance," giving it my all.
Everything? Yes, everything, but this time from a different place. I didn't do it to fit into someone else's mold but from the joy of loving and the freedom of knowing what I wanted and what I wasn't willing to compromise.
I hope my words reach someone who needs to remember that not everything is lost in love. In a world that moves at a breakneck pace, the challenge is to embrace slowness, make the most of each moment, and learn from every experience. The key to love, in my opinion, lies in changing our relationship with ourselves. Think of it as taking care of a house: you need to invest time in regular maintenance to keep it in order. Prioritizing yourself isn't selfishness; it's an act of love that allows you to care for others more meaningfully.
Today I write about this because I recently found the list I had written in my notes, which my mind had forgotten but my soul had clearly kept alive. I couldn't help but cry, not out of sadness, but out of gratitude. My dream had become a reality in a way I couldn't even imagine back then. All the work I did on myself fulfilled its promise to lead me towards something better that exceeded my expectations.
Believe me, there's no magic formula, but there is great magic in life. Writing has helped me get to know myself, understand how I think, and what I like, and, above all, it has opened the doors to a world of possibilities for me. Today, I invite you to make your own list, whether it's about the person you're waiting for in your life, the job of your dreams, or the journey of your life.
I assure you that by accepting yourself, you will find the right person you've been waiting for. Do you know why? Because you will be the most authentic and wonderful being, but most importantly, you will know how incredible you are, and that will prevent you from settling for less. Create space, organize your house, and open doors and windows because, in a way you can't even imagine, something even better than you expected will come to you.
Perderse para Encontrarse: Un Viaje de Amor y Autoconocimiento
A propósito, soy la persona de la foto.
Un día que no recuerdo muy bien escribí las cualidades que quería encontrar en la persona con la que me gustaría compartir mi vida. Se que las escribí desde el corazón. Las releí y me dije que quizás esa persona no existía pero valía la pena soñar. Pasaron los años, tanto, que había olvidado mi lista y lo que realmente quería. Me perdí en el camino.
Hoy se que es necesario perderse, a veces, muchas veces para encontrarse nuevamente. Me sentía cansada, con el corazón roto, muy roto. No fue una, ni dos, fueron muchas veces que lo di todo y me vacié. No me culpo, ni los culpo tampoco, ahora se que solo era parte del camino.
Pensar en qué hubiera hecho diferente, hoy ya no le encuentro ningún sentido. He aprendido que ese lugar de “y si hubiera” es tan peligroso y tan agotador que no te lleva más que al victimismo y a la frustración. El hubiera te llena de culpa y a ella, le huyo yo. Nada más limitante que la culpa. En términos más prácticos hubiera no existe, porque no es posible viajar en el tiempo y cambiar los hechos.
Entonces, ¿qué hice con todo ese dolor y desilusión? Primero, deshacerme de lo que no me pertenecía: las expectativas, las máscaras que me puse para complacer a los demás, para ser amada y aceptada. Segundo, volver a mi. Conocerme o diría mejor, re-conocerme porque en el camino cuando nos perdemos, nos dejamos de ver; me había fusionado y mimetizado tanto con el otro que no podía si quiera reconocerme. Había cedido tanto espacio que me sentía presa hasta en mi propio cuerpo. Luego cuando me sentí lista, volví al “baile”, a darlo todo.
¿Todo? Sí, todo, pero esta vez desde un lugar diferente.
No lo hice para encajarle a alguien sino desde el placer de amar y la libertad de saber lo que quería y lo que no estaba dispuesta a ceder.
Espero que mis palabras lleguen a alguien que necesite recordar que no todo está perdido en el amor. En un mundo que se mueve a un ritmo vertiginoso, el desafío es abrazar la lentitud, aprovechar cada momento y aprender de cada experiencia. La clave para el amor, en mi opinión, radica en cambiar la relación con nosotros mismos. Piénsalo como si estuvieras cuidando una casa: necesitas invertir tiempo en mantenimiento regular para que esté en orden. Priorizarte no es egoísmo; es un acto de amor que te permite cuidar a los demás de manera más significativa.
Hoy escribo acerca de esto, ya que hace poco encontré en mis notas la lista que había escrito y mente había olvidado, pero que claramente mi alma había mantenido presente. No pude evitar llorar, no de tristeza, sino de gratitud. Mi sueño se había convertido en realidad de una manera que ni siquiera podía imaginar en aquel entonces. Todo el trabajo que hice en mí misma cumplió su promesa de llevarme hacia algo mejor, algo que superó mis expectativas.
Créeme, no hay una fórmula mágica, pero sí una gran magia en la vida. A mi escribir me ha ayudado a conocerme, a entender cómo pienso, lo que me gusta, y, sobre todo, me ha abierto las puertas al mundo de posibilidades que existen para mí. Hoy te invito a que hagas tu lista, ya sea sobre la persona que estás esperando en tu vida, el trabajo de tus sueños, o el viaje de tu vida.
Te aseguro que al aceptarte a ti mismo, encontrarás a la persona indicada, a quien has estado esperando. ¿Sabes, por qué? Porque tú serás el ser más auténtico y maravilloso pero lo más importante es que tú conocerás lo increíble que eres y eso te impedirá conformarte con menos.
Crea espacio, organiza tu casa, y abre puertas y ventanas, porque de una manera que ni siquiera puedes imaginar, eso que es aún mejor de lo que esperabas llegará a ti.
