Happy Birthday to me!

English version below

Los cumpleaños son momentos perfectos para la reflexión, para cerrar ciclos y dar inicio a nuevos proyectos. Hoy celebro el mío y me abrazo a mí misma, me felicito. Durante este año, he vivido tantas vidas que parece eterno. Me atravesó todo; la alegría y el dolor. Este año se ha sentido como una muda de piel, un proceso que normalmente atraviesan las serpientes durante su vida. No puedo decir si para ellas esto es doloroso, pero para mí, francamente, lo fue.

La vida es un flujo constante; nada permanece igual ni inmóvil en ella. He sobrevivido a mi propia mente, a mi profunda oscuridad. Me enfrenté de frente a mis miedos más profundos y, en ciertos momentos, me paralicé. Justo cuando creí que no quedaba nada, logré ver que la oscuridad no está vacía; en su interior se ocultan millones de cosas, aunque sin luz resulta imposible percibirlas.

El amor, las puntadas, los hilos y las fotografías me trajeron de vuelta a la vida. ¿Qué sería de nosotros sin el amor de aquellos seres que nos sostienen en momentos de duda e incertidumbre? ¿Qué sería de nosotros sin pasión y entusiasmo por algo que reconforta el alma y mantiene nuestra mente motivada?

“En las profundidades del invierno finalmente aprendí que en mi interior habitaba un verano invencible.”

— Albert Camus.

Todo comenzó luego de un largo viaje, al regreso me comencé a sentir muy sola, no lograba ver mi valor y mi confianza se había esfumado. Aunque aquí tengo a mi pareja y un hogar, como individuo, Ana María, me costaba encontrar esa misma resonancia que había experimentado en otros lugares. La migración a veces tiene un alto costo, especialmente cuando se suma a los traumas no resueltos que cada uno de nosotros lleva consigo. Todo se acumuló y creó una especie de bomba atómica en mi interior, que casi me destruye. Me hacía innumerables preguntas a diario, mi mente corría más rápido de lo que yo misma podía procesar. Los escenarios, dudas y temores me llevaron a un agujero aparentemente interminable. Me convertí en mi propio verdugo; el diálogo interno que mantenía era destructivo. Abrí puertas que hoy preferiría no volver a abrir, hasta que llegó el momento en que ya no pude más y tuve que pedir ayuda.

Escribo esto con cierto alivio, pues es algo que ha quedado atrás, y mi realidad actual es muy diferente.

Y te preguntarás cómo lo logré. Bueno, me di permiso de estar mal. Cambié la crítica por la compasión y navegué a través de la oscuridad. Continué mi viaje de autoconocimiento y comprendí que, aunque ya había recorrido un largo camino, esto no me hacía inmune a los cambios que la vida nos presenta. Aprendí que este viaje interno tomará el tiempo que dura la vida misma, que nunca será lineal, que avanzar en nuestro proceso de auto-conocimiento y sanación será como un gran espiral y siempre estará bien no estar bien

Cada día presentaba sus propios desafíos; ya tenía algunas herramientas, aprendí otras nuevas y, poco a poco, fui saliendo de aquel hoyo negro, recobrando la confianza y volviendo a creer en mí misma y en el poder que reside en mi interior. Empecé a bordar, algo que nunca antes había hecho, y encontré en esta práctica una manera de mantener mi mente en el momento presente. La fotografía se convirtió en una terapia; tomé muchas fotos y autorretratos que me ayudaron a expresar mis sentimientos y a transformar el dolor y la incomodidad. Además, la fotografía en sí misma me permitió vivir plenamente en el presente.

Y, por supuesto, conté con el apoyo inquebrantable de mi compañero de vida, él siempre estuvo ahí con su ternura y su apoyo, lo que fue fundamental en mi proceso de recuperación.

Lo mejor de las crisis, al menos para mí, ha sido la resiliencia con la que nos ponemos en pie nuevamente. Las crisis me han dado la oportunidad de crear y expandirme. Durante esta, recuerdo estar sentada frente a mi computadora, pensando en qué hacer con todo lo que me estaba atravesando. Fue entonces cuando surgió la idea de hacer algo especial con mis fotografías. Si la gente amaba mis fotos, ¿por qué no venderlas o incluso crear accesorios con ellas? Así que decidí armar mi propia tienda en línea. También comencé a tomar fotos de comida, lo que me llevó a vivir una experiencia maravillosa, pero esa historia ya te la he contado. Me animé a crear nuevas conexiones para ofrecer mis servicios de fotografía, lo que me permitió conocer gente maravillosa que ahora forma parte de mi viaje como emprendedora. Diseñé mi propia página web, integrando mi tienda en ella. Ya tengo dos colecciones de mis accesorios y he ido ampliando el catálogo de fotos disponibles para impresión y enmarcación.

Mi hermosa página web. www.belintuition.com

Luego, tuvimos que mudarnos de la casa que habíamos hecho nuestro hogar tres años atrás. Yo fui quien recibió la llamada del agente inmobiliario y me parecía mentira que nos pidieran la casa; hacia menos de un mes que habíamos acordado un incremento y todo suponía seguir en la normalidad. Mentiría si te dijera que no me afectó. Era mi hogar, mi refugio, mi lugar seguro. Sin embargo, con el tiempo, he llegado a verlo como lo mejor que nos pudo haber pasado. Esta experiencia nos permitió ahorrar dinero y descubrir nuevos lugares. Vivimos en dos casas diferentes de amigos que estaban fuera del país.

También tuvimos la oportunidad de viajar durante un mes a Francia, donde visitamos a mi familia extendida y me reuní con amigos entrañables. Este viaje fue fundamental para recargarme de amor y recuperar mi esencia. Tener una red de apoyo es esencial en la vida.

Me operaron, probé por primera vez la anestesia general; no recuerdo nada hahahah. Viví el mundial femenino, fui a tres partidos y tuve la suerte de volver a ver a una amiga periodista que vino al cubrimiento. Fui su ángel y ella el mio. Nos acompañamos en ese mes, le mostré mi “ciudad” y como se vive de local.

En la segunda casa en la que vivimos, nuestra amiga es escritora y tiene una extensa biblioteca que aproveché durante nuestra estadía. Pronto te contaré sobre los libros que devoré. Me sorprendí a mí misma al leer mucho en inglés. No te diré que comprendí cada palabra, pero cada libro me enriqueció con nuevas palabras y me hizo sentir más cómoda con el idioma cada día. Las cosas llegan cuando estamos preparados para recibirlas.

Después de todos estos meses de mudanzas, viviendo entre cajas y maletas, comprendí que el hogar está donde está nuestro corazón. Las casas pueden ser muchas en el camino, pero lo que hemos construido como pareja es más sólido que las paredes de cualquier edificio. Hoy tenemos un nuevo espacio con una terraza y una vista maravillosa y una cocina que me encanta.

Y para empezar noviembre, recibí una noticia que me hizo inmensamente feliz: ¡mi residencia permanente! Finalmente, no más visas temporales ni papeleos complicados. Todo ha sido tan fluido en mi relación con Australia que no tengo dudas de que tomé la mejor decisión hace más de cinco años. Esta historia la compartiré contigo en otro momento.

Como ves este año ha sido un viaje lleno de desafíos y transformaciones, pero también de crecimiento y descubrimiento. Cada experiencia, me ha fortalecido y guiado hacia un lugar de mayor entendimiento y gratitud por la vida, Hoy celebro no solo un año más de existencia, sino un año de sanación, de aprendizaje y de apreciación por todas las maravillas que el mundo tiene para mi. Hoy puedo ver y apreciar la belleza que me rodea no importa si es invierno o primavera. Como decía Marcel Prust “para llegar a ser primavera, significa aceptar el riesgo de invierno. Para llegar a ser presencia, significa aceptar el riesgo de la ausencia”.

Así que, en mi cumpleaños, elevo un brindis a la vida, a las lecciones que nos enseña y a la belleza que nos rodea. Celebro el amor, la amistad, la familia y la fortaleza que nos permite avanzar incluso en los momentos más oscuros.

Celebro el amor, la amistad, la familia y la fortaleza que nos permite avanzar incluso en los momentos más oscuros.

¡Feliz cumpleaños para mí, y que cada día esté lleno de amor, crecimiento y nuevas oportunidades!

¡Gracias por ser parte de mi viaje!"

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English Version

Birthdays are perfect moments for reflection, for closing chapters, and starting new projects. Today, I celebrate mine and embrace myself, congratulate myself. Over the past year, I've lived so many lives that it feels eternal. It has been a year that felt like shedding old skin, a process that snakes typically go through during their lifetime. I can't say if it's painful for them, but for me, it was, frankly.

Life is in constant flow; nothing in it remains the same or stationary. I survived my own mind, my deep darkness. I faced my deepest fears head-on, and at times, I was paralyzed. Just when I thought there was nothing left, I saw that darkness is not empty; it hides millions of things, although they are impossible to see without light.

Love, stitches, threads, and photographs brought me back to life. What would we be without the love of those who support us in moments of doubt and uncertainty? What would we be without passion and enthusiasm for something that soothes the soul and keeps our minds motivated?

It all began after a long journey; upon my return, I started feeling very alone, unable to see my worth, and my confidence had vanished. While I have my partner and a home here, as an individual, Ana María, I struggled to find that same resonance I had experienced elsewhere. Migration sometimes comes at a high cost, especially when added to the unresolved traumas each of us carries. Everything piled up and created a sort of atomic bomb within me that almost destroyed me. I asked myself countless questions daily, and my mind raced faster than I could process. The scenarios, doubts, and fears led me into an apparently bottomless pit. I became my own worst enemy; the internal dialogue I maintained was destructive. I opened doors that I'd rather not reopen until the point came when I couldn't take it anymore and had to seek help.

I write this with a sense of relief because it's something that's in the past, and my current reality is very different.

And you may wonder how I did it. Well, I gave myself permission to feel bad. I replaced self-criticism with compassion and navigated through the darkness. I continued my journey of self-discovery and understood that, even though I had come a long way, it didn't make me immune to the changes that life presents. I learned that this internal journey will take as long as life itself, that it won't be linear, and that progressing in our process of self-knowledge and healing will be like a great spiral. It's perfectly okay not to be okay.

Each day brought its own challenges; I already had some tools, learned new ones, and gradually emerged from that dark hole, regaining confidence and believing in myself and the power that resides within me. I began to embroider, something I had never done before, and found in this practice a way to keep my mind in the present moment. Photography became a form of therapy; I took many photos and self-portraits that helped me express my feelings and transform pain and discomfort. Additionally, photography allowed me to live fully in the present moment.

And, of course, I had the unwavering support of my life partner; he was always there with his tenderness and support, which was crucial in my recovery.

The best thing about crises, at least for me, has been the resilience with which we stand up again. Crises have given me the opportunity for creation and expansion. During this crisis, I remember sitting in front of my computer, thinking about what to do with everything I was going through. It was then that I came up with the idea of doing something special with my photographs. If people loved my photos, why not sell them, or even create accessories with them? So, I decided to set up my own online store. I also began taking food photos, which led to a wonderful experience, but I've already told you that story. I took the initiative to create new connections to offer my photography services, which introduced me to wonderful people who are now part of my journey as an entrepreneur. I designed my own website, integrating my store into it. I now have two collections of accessories and have expanded the catalogue of photos available for printing and framing.

We also had to move out of the house we had made our home three years ago. I was the one who received the call from the real estate agent, and it felt unbelievable that they were asking us to leave; less than a month ago, we had agreed to a rent increase, and everything seemed normal. I'd be lying if I said it didn't affect me. It was my home, my sanctuary, my safe place. However, with time, I've come to see it as the best thing that could have happened to us. This experience allowed us to save money and explore new places. We lived in two different friends' houses who were out of the country.

We also had the opportunity to travel for a month to France, where we visited my extended family and reconnected with cherished friends. This trip was essential in recharging me with love and rediscovering my essence. Having a support network is essential in life.

I underwent surgery, experiencing general anaesthesia for the first time; I don't remember a thing, hahaha. I witnessed the Women's World Cup, attended three matches, and was fortunate to reunite with a journalist friend who came to cover it. I was her angel, and she was mine. We accompanied each other that month, and I showed her my "city" and what it's like to live like a local.

In the second house where we lived, our friend is a writer and had an extensive library that I took advantage of during our stay. I'll share more about the books I devoured soon. I surprised myself by reading a lot in English. I won't say I understood every word, but each book enriched me with new words and made me feel more comfortable with the language every day. Things come when we're ready to receive them.

After all these months of moving from one house to another, living among boxes and suitcases, I realized that home is where the heart is. There can be many houses along the way, but what we've built as a couple is stronger than the walls of any building. Today, we have a new space with a terrace a wonderful view, and a kitchen that I love.

And to start November, I received news that made me immensely happy: my permanent residency! No more temporary visas or complicated paperwork. Everything has been so smooth in my relationship with Australia that I have no doubt I made the best decision over five years ago. I'll share this story with you another time.

As you can see, this year has been a journey filled with challenges and transformations, but also with growth and discovery. Each experience has strengthened me and guided me to a place of greater understanding and gratitude for life. Today, I celebrate not just another year of existence, but a year of healing, learning, and appreciation for all the wonders the world holds for me. Today, I can see and appreciate the beauty around me, whether it's winter or spring. As Marcel Proust said, 'To become spring, you must accept the risk of winter. To become present, you must accept the risk of absence.'

So, on my birthday, I raise a toast to life, to the lessons it teaches us, and to the beauty that surrounds us. I celebrate love, friendship, family, and the strength that allows us to move forward even in the darkest moments.

Happy birthday to me, and may every day be filled with love, growth, and new opportunities! Thank you for being a part of my journey!